No podemos vivir eternamente rodeados de muertos y de muerte. Y si todavíaA. A.
quedan prejuicios hay que destruirlos. "El deber" digo bien "EL DEBER" del
escritor, del poeta, no es ir a encerrarse cobardemente en un texto, un
libro, una revista de los que ya nunca más saldrá, sino al contrario salir
afuera para sacudir para atacar al espíritu público si no ¿para qué sirve?
¿Y para qué nació?
···
Abandonad las cavernas del ser. Venid, el espíritu alienta fuera del
espíritu. Ya es hora de dejar vuestras viviendas.
Ceded al omnipensamiento. Lo Maravilloso está en la raíz del espíritu.
Nosotros estamos dentro del espíritu, en el interior de la cabeza. Ideas,
lógica, orden, Verdad (con V mayúscula), Razón: todo lo ofrecemos a la
nada de la muerte. Cuidado con vuestras lógicas, señores, cuidado con
vuestras lógicas; no imagináis hasta dónde puede llevarnos nuestro odio a
la lógica.
La vida, en su fisonomía llamada real, sólo se puede determinar mediante
un alejamiento de la vida, mediante un suspenso impuesto al espíritu; pero
la realidad no está allí. No hay, pues, que venir a fastidiarnos en
espíritu a nosotros, que apuntamos hacia cierta eternidad suprarreal, a
nosotros que desde hace ya tiempo no nos consideramos del presente y somos
para nosotros como nuestras sombras reales.
Aquél que nos juzga no ha nacido al espíritu, a ese espíritu a que nos
referimos y que está, para nosotros, fuera de lo que vosotros llamáis
espíritu. No hay que llamar demasiado nuestra atención hacia las cadenas
que nos unen a la imbecilidad petrificante del espíritu. Nosotros hemos
atrapado una nueva bestia. Los cielos responden a nuestra actitud de
absurdo insensato. El hábito que tenéis todos vosotros de dar la espalda a
las preguntas no impedirá que los cielos se abran el día establecido, y
que un nuevo lenguaje se instale en medio de vuestras imbéciles
transacciones. Queremos decir: de las transacciones imbéciles de vuestros
pensamientos.
Hay signos en el Pensamiento. Nuestra actitud de absurdo y de muerte es la
de mayor receptividad. A través de las hendiduras de una realidad en
adelante no viable, habla un mundo voluntariamente sibilino.
Antonin Artaud
Carta a los Poderes
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